miércoles, 3 de octubre de 2012

Informe sobre la ley agraria. Melchor Gaspar de Jovellanos.



INFORME SOBRE LA LEY AGRARIA DE JOVELLANOS.

 http://historiadoreshistericos.files.wordpress.com/2010/06/n061p01.jpg?w=600      http://bo.kalipedia.com/kalipediamedia/historia/media/200808/04/hisbolivia/20080804klphishbo_10_Ies_SCO.jpg


Cultivar la tierra dista mucho todavía de la perfección a que puede ser tan fácilmente conducida. ¿Qué nación hay que, para afrenta de su sabiduría y opulencia, y en medio de lo que han adelantado las artes de lujo y placer, no presente muchos testimonios del atraso de una profesión tan esencial y necesaria? ¿Qué nación hay que no tenga mucho que mejorar en los instrumentos, mucho que adelantar en los métodos, mucho que corregir en las labores y operaciones rústicas de su cultivo? En una palabra, ¿qué nación hay que en la primera de las artes no sea la más atrasada de todas? (…)

 (…) Basta Señor, basta ya de luz y convencimiento para que vuestra alteza no declare la entera disolución de esta hermandad tan prepotente, la abolición de sus exorbitantes privilegios, la derogación de sus injustas ordenanzas y la supresión de sus juzgados opresivos. Desaparezca para siempre de la vista de nuestros labradores este concejo de señores y monjes convertidos en pastores y granjeros y abrigados a la sombra de un magistrado público (…) y restitúyanse de una vez su subsistencia al ganado estante, su libertad al cultivo, sus derechos a la propiedad, y sus fueros a la razón y a la justicia.


Este texto corresponde al Informe sobre la Ley Agraria, que elaboró el ministro de Carlos III, Gaspar Melchor de Jovellanos.
En realidad el Informe de la Ley Agraria forma parte de la recogida de información que sobre la situación de la agricultura española ordenó elaborar Carlos III, a sus ministros. Estos ministros estaban influenciados por las ideas de la Ilustración y de la Fisiocracia (doctrina económica que considera que la riqueza de la nación se basaba en la riqueza de la tierra, es decir, de la agricultura).

Esta información o “Expediente” lo conforman, datos, informes, opiniones y encuestas elaboradas por distintas instituciones, entre ellas la Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid.

Fuente:
Histórica, primaria. El Informe sobre la Ley agraria fue redactado en una primera versión en 1784 pero no se envió hasta 1787 a la Sociedad Económica Matritense, quien la remitió definitivamente al Consejo de Castilla para su publicación en 1795.

Naturaleza:
Por su contenido es un texto económico, ya que refleja la situación de la agricultura así como algunas trabas que impiden su desarrollo.

Autor y obra:
Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811). Escritor, jurista y político ilustrado español, de origen asturiano. En 1782 formó parte de la comisión que puso en marcha el Banco de San Carlos. Fue miembro de la junta de comercio de la Sociedad Económica Matritense. En 1784 comenzó la redacción de diversos estudios sobre la economía de España, entre los que tiene singular valor el Informe sobre la Ley Agraria. En dicha ley aboga por la liberalización del suelo y la supresión de los privilegios de la Mesta, norma sobre la que el Consejo de Castilla había volcado sus esperanzas para modernizar el agro peninsular.
Jovellanos se muestra partidario de eliminar los obstáculos a la libre iniciativa. Entre ellos estaban los baldíos, la Mesta, la elevada fiscalidad sobre los campesinos, la falta de conocimientos útiles de los propietarios y labradores, las malas comunicaciones y la falta de regadíos, canales y puertos.
Para corregir esta situación Jovellanos propone que los baldíos y montes comunales pasaran a propiedad privada, la total disolución de la Mesta, el cercamiento de fincas, y que los arrendamientos estuvieran basados en el pacto libre entre los colonos y los propietarios. Abogaba también por la supresión de los mayorazgos y las tierras amortizadas de la iglesia y la reforma de los impuestos. Sin embargo, el inicio de la Revolución Francesa paralizó con Carlos IV las ideas ilustradas y apartó de la vida pública a la mayoría de los pensadores más avanzados, entre ellos el propio Jovellanos.

Destinatario:
El destinatario del documento es en primera instancia el Consejo de Castilla, institución que desde las reformas centralizadoras de Felipe V constituía el Consejo de Gobierno del rey, y por extensión el informe va destinado al rey. Fue inicialmente Carlos III quien impulsó dentro del espíritu reformistas de sus ministros el deseo de resolver los males de la economía española. Su sucesor Carlos IV, frenó muchos de esos impulsos, y en el campo de la reforma agraria, los intereses de poderosas instituciones como la nobleza terrateniente o la Mesta impedirían que se realice reforma alguna.

Comentario de ideas:
¿Qué nación hay que no tenga mucho que mejorar en los instrumentos, mucho que adelantar en los métodos, mucho que corregir en las labores y operaciones rústicas de su cultivo?
Justifica la situación de atraso económico y tecnológico del campo, refiriéndose continuamente a la falta de técnicas. Defiende que entre todas las artes, la agricultura es fuente de riqueza de una nación y por lo tanto, atendiendo al pensamiento ilustrado que defendía la agricultura como principal fuente de riqueza (fisiocracia), cree clara la necesidad de reformar dicho sector en sus métodos, labores y operaciones de cultivo.

(…) Basta ya de luz y convencimiento para que vuestra alteza no declare la entera disolución de esta hermandad tan prepotente, la abolición de sus exorbitantes privilegios, la derogación de sus injustas ordenanzas y la supresión de sus juzgados opresivos. Desaparezca para siempre de la vista de nuestros labradores este concejo de señores y monjes convertidos en pastores (…).
Aboga por la supresión de los privilegios a la Mesta, la desvinculación de tierras amortizadas, la desaparición de los mayorazgos.

(…) y restitúyanse de una vez su subsistencia al ganado estante, su libertad al cultivo, sus derechos a la propiedad (…).
Apuesta por la restitución de privilegios a la ganadería estabulada frente ala trashumante de grandes rebaños en manos de la nobleza y la Iglesia. Igualmente defiende la necesidad de dotar al campesino de tierras y de reducir el número de jornaleros y aparceros, así como la práctica de la agricultura en libertad.

Contexto histórico:
En el siglo XVIII la agricultura era todavía la principal fuente de riqueza, y a ella se dedicaba más del 80% de la población. La mayor parte de la tierra estaba amortizada, es decir, no podía comprarse ni venderse y debía transmitirse en herencia. Así sucedía con la tierra de la Iglesia, la nobleza o los ayuntamientos, en cuyos patrimonios era habitual la institución del mayorazgo. Asimismo, la propia Corona, la nobleza y la Iglesia continuaban siendo los titulares de extensas propiedades sobre las que ejercían jurisdicción y de las que recibían cuantiosas rentas. En consecuencia, la mayor parte de la tierra cultivable estaba fuera del mercado y la inmensa mayoría de la población no podía acceder a la propiedad.

Aunque existían agricultores propietarios de sus tierras, la mayor parte del campesino era arrendatario o jornalero. Además la ganadería ovina extensiva todavía era muy fuerte. Los grandes propietarios, organizados en la Mesta, poseían enormes rebaños que les proporcionaban enormes beneficios, y en muchos casos primaban las tierras para pasto frente a su uso para el cultivo.

Durante la 2ª ½ de siglo la preocupación básica de los ilustrados españoles fue la cuestión económica. Todos ellos eran conscientes de que el atraso del país provenía de la gran cantidad de tierras amortizadas en manos de la nobleza y del clero, del excesivo control sobre las actividades económicas (existencia de los gremios) y del desconocimiento de las nuevas técnicas e inventos, aplicados ya en otros países como Gran Bretaña y Holanda. Por ello se esforzaron en estudiar la situación real del país y en proponer una serie de reformas, que contribuyeran al crecimiento económico.

Carlos III (1759-1788) accedió al trono español al morir su hermanastro Fernando VI sin descendencia directa. El monarca ya había gobernado en Nápoles (1734-1759) y había entrado en contacto con las ideas ilustradas. Al iniciar su reinado se mostró partidario, como otros monarcas absolutos europeos, de seguir alguna de las ideas de racionalización y progreso, siempre que no atentara contra el poder de la monarquía. Se iniciaba así el despotismo ilustrado en nuestro país.
Para llevar adelante su programa, Carlos III contó con una serie de ministros y colaboradores españoles, que desde diversos puestos del gobierno, auxiliaron al monarca y fueron los responsables del programa de reformas. Entre ellos cabe destacar a Pedro Rodríguez Campomanes, al conde de Floridablanca, al conde de Aranda y a ilustrados como Pablo de Olavide, Francisco Cabarrús y Gaspar Melchor de Jovellanos. Todos ellos estudiaron y propusieron una serie de medidas tendentes a la modernización y racionalización del país.

En el terreno económico, para intentar acabar con las trabas que inmovilizaban la propiedad, entorpecían la libre circulación y amordazaban los mercados, se establecieron las siguientes medidas: La limitación de los privilegios de la Mesta. Apoyo a la propuesta de Olavide de colonización de nuevas tierras (Sierra Morena) y el impulso a los proyectos de reforma agraria. Fomento de la libre circulación de mercancías en el interior de España, como la libre circulación de granos (1765) y la liberalización del comercio colonial (fin del monopolio de Cádiz, 1765). Apoyo a la actividad industrial, abandono de la gestión de las Reales fábricas, firma de tratados comerciales para defenderse de la competencia exterior. La creación de las Sociedades Económicas de Amigos del País. con el objeto de fomentar la agricultura, el comercio y la industria, traducir y publicar libros extranjeros e impulsar la difusión de las ideas fisiócratas y liberales.

Jovellanos fue el encargado de informar sobre el Expediente de una Ley Agraria, elaborado por orden del Consejo de Castilla en 1785. El documento recoge un buen diagnóstico de los problemas de la agricultura española del siglo XVIII, pero los remedios propuestos apenas se pusieron en práctica. El peso de la nobleza y la Iglesia hizo imposible la reforma.

Los intentos de reforma agraria implicaban trastocar profundamente el poder de los privilegiados. Cuando la Revolución francesa anunció el fin del viejo orden, el nuevo monarca, Carlos IV, y sus colaboradores fueron los primeros en observar con temor los efectos que las ideas ilustradas provocaban en la vecina Francia. Fue este temor el que llevó a frenar todas las reformas y a paralizar el Expediente de Ley de Reforma agraria propuesto por Jovellanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario